¿QUIENES SOMOS?
Alta Calidad Educativa
Un buen comienzo para un buen futuro!
Inicio de la obra educativa metodista: Instituto Americano, La Paz (1907).
El Amerinst es Tradición y Experiencia al tener casi 115 años de trayectoria y a la vez porque Somos evolución ya que de manera continua mejoramos y nos preparamos para cambiar la educación y así formar a los estudiantes para el mundo actual con las habilidades, conocimientos y valores para desenvolverse con éxito.
Buscamos dejar huella en nuestros estudiantes, donde además de los logros que obtengan a lo largo de su vida, sean personas que se desenvuelven de forma íntegra, empática, responsable y respetuosa con los demás y con su entorno.
Nuestra calidad educativa la logramos no solo a través de nuestros planes y programas, maestros y espacios sino a través de nuestra formación integral que contempla distintas áreas de la persona, en el día a día buscamos que los estudiantes desarrollen su máximo potencial en un ambiente sano y enriquecedor.
Hemos estado convencidos desde hace 115 años que una educación de calidad no debe de ser un privilegio exclusivo y estamos comprometidos con ofrecer esta solución en nuestra ciudad.
Número de Laboratorios
4
Laboratorios de Física-Química y Biología
117
Años de Experiencia
6
Laboratorios de Informática – Robótica
Historia del Instituto Americano La Paz «Amerinst»
El Inicio de la obra Educativa Metodista
Desde la ascensión de los liberales al gobierno, las condiciones políticas y sociales del país habían variado sustancialmente. El movimiento liberal se basó en la ideología de libertad, civilización, progreso y laicismo y, por ende, anticlerical. En ese proceso de fomentar los elementos y postulados nuevos y progresistas de conducir al país hacia la modernización se estableció la Iglesia Metodista en Bolivia. Es en ese sentido que, para alcanzar sus objetivos, los liberales pretendieron valerse de las instituciones sociales y religiosas con tendencias y objetivos afines a sus postulados ideológicos, viendo a los protestantes como un agente alternativo de cambio, de civilización y progreso. Fue así que, durante el régimen liberal, la educación fue privilegiada para cambiar las mentalidades difundiendo las nociones de progreso, para lo cual habían alentado y buscado contactos con el fin de promover la educación pública y laica. Como consecuencia, los esfuerzos educativos de los liberales correspondían a su percepción de que la educación era importante para desarrollar y civilizar el país. Además, consideraban que el crecimiento económico requería de una fuerza de trabajo educada y disciplinada.
Los antecedentes mencionados conformaron el contexto adecuado en el que el proyecto educativo metodista se insertó y fue parte de ese proceso histórico liberal, al incorporar a la sociedad tradicional el mundo de la sociedad moderna, a través de la educación. Por otro lado, en ese marco socio-político había mucha inquietud de parte de familias privilegiadas de La Paz en cuanto a la necesidad de contar con colegios y escuelas de calidad similares a las de otros países. Por muchos años, esas familias habían enviado a sus hijos a estudiar a colegios de Chile, Argentina, Perú y Europa, entre ellos al «English College» de Iquique de la Iglesia Metodista chilena. Por esta sentida necesidad, se manifestó un interés abierto para que se estableciera en la ciudad de La Paz un trabajo similar, porque hacia 1900 en La Paz sólo se contaba con reducidos centros educativos hegemonizados por los católicos, como el colegio para varones San Calixto, dirigido por los jesuitas; el colegio nacional y seminarios de artes y oficios que estaban bajo la dirección de los salesianos, todos destinados a la clase privilegiada. De igual manera, había colegios para señoritas como el Sagrados Corazones, Santa Ana y Buen Pastor, entre otros, donde se educaba un crecido número de estudiantes.
En ese contexto político liberal y en ese clima de necesidades educativas en el país, Francis M. Harrington, como representante de la Sociedad Misionera Metodista Episcopal y como experimentado educador, además de iniciar la obra congregacional, comenzó a gestionar la propuesta de un proyecto educativo ante el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, solicitando su protección y ayuda para organizar los colegios en La Paz y Oruro, comprometiéndose a desarrollar la enseñanza primaria y secundaria conforme a las leyes, reglamentos, plan de estudios y programas dictados en Bolivia.
El proyecto Educativo
Ese proyecto educativo que se implantó en el país fue como una estrategia misionera para la evangelización y para lograr mayor receptividad de la sociedad. Además, por medio de la educación, se pretendía difundir los principios y valores morales y cristianos en los educandos. En ese propósito, encontró el consentimiento y apoyo del gobierno liberal, ya que, por una parte, respondía a las expectativas y postulados del proyecto liberal en su tarea de subvertir normas, valores e instituciones tradicionales, e incorporarlo al mundo moderno. El misionero tuvo éxito en su objetivo, tal como lo señaló su esposa: Francis ya tuvo cómo planear una escuela. Él ya había adelantado sus solicitudes ante el Ministerio de Educación, presentando sus planes y propósitos ante esa autoridad. El Ministro manifestó su más amplio deseo de cooperación entusiasta, diciendo Mr. Harrington, si Ud. cumple su propósito, construiré un monumento en su honor.
En este ambiente creado por el gobierno y coincidiendo con la iniciativa del proyecto educativo metodista, para Harrington no parecía ser una tarea difícil. Además, en una parte de la correspondencia, informaba a la Sociedad Misionera de Nueva York lo siguiente: «El país necesita la influencia liberalizadora de las progresistas escuelas protestantes… y esta es una oportunidad de penetrar, a bajo costo, en la sociedad».
Por ello, Harrington vio la oportunidad de iniciar una educación más libre, abierta, moderna y práctica, de cara a una sociedad moderna, frente al sistema educativo católico, en el que las escuelas y los colegios eran muy cerrados y estaban marcados por la estrechez ideológica católica. Además, como una forma de presentación, hizo mención al prestigio educativo a nivel internacional de los metodistas: «El Instituto Americano de La Paz forma parte de un sistema extensivo de instituciones educativas metodistas esparcidas en América Latina y en el mundo. Instituciones (colegios y universidades) experimentales que tomaron rango con las mejores instituciones educativas y las más progresistas en el mundo». Asimismo, presentó al Colegio Nacional Bolívar de Oruro como un colegio alternativo y modelo: «Pronto vendrá un director y varios profesores norteamericanos para tomar cargo de este importante colegio; esperando presentar al público un colegio con profesorado igual al de cualquiera en Sudamérica. Este colegio comenzó a funcionar con todos los cursos de enseñanza primaria y secundaria, según los programas oficiales del gobierno, el 3 de enero de 1907”.
La propuesta del proyecto educativo metodista para su funcionamiento se concretó con el gobierno liberal de Ismael Montes, llegándose a un primer convenio suscrito por tres años, en el que el Poder Ejecutivo se comprometió a subvencionar al Instituto Americano de La Paz para su sostenimiento con un monto de 15 mil pesos bolivianos ($us 6.000) anuales y para el Colegio Bolívar de Oruro, con un monto de 25 mil pesos bolivianos ($us 10.000) por año; pero con la condición de que no se enseñara religión alguna en esas instituciones. Con la firma del convenio, la presencia metodista en la educación boliviana se hizo una realidad bajo la protección y el apoyo económico del gobierno, logro que fue reflejado así por Harrington:
Este Instituto cuenta con la protección y ayuda del Supremo Gobierno de Bolivia y tiene una ventaja incalculable sobre los vecinos países del Perú, Chile y Argentina: haber obtenido autorización del Supremo Gobierno mediante resolución de 3 del mes de octubre último, en cuya virtud tendrán valor legal ante las universidades de la República, los diplomas y certificados que se otorguen a los alumnos.